El pasado 19 de septiembre se celebró en Carolina el Encuentro por el Desarrollo Económico Comunitario. El mismo fue organizado por AMDEC y el Comité de Reinversión Comunitaria de la Asociación de Bancos de Puerto Rico. Ese día, líderes comunitarios de toda la Isla se dieron cita en la actividad que giró en torno al tema de la autosustentabilidad de las organizaciones. Se ofrecieron, además, talleres concurrentes sobre incubación de microempresas comunitarias, microcrédito, mercadeo de productos comunitarios y la utilización efectiva de los medios.
A continuación incluimos el mensaje de bienvenida ofrecido a la concurrencia por la Lcda. Amárilis Pagán Jiménez, directora ejecutiva de Proyecto Matria y presidenta de AMDEC:
Buenos días a todas y a todos.
Hace apenas tres o cuatro generaciones atrás, mi familia- y las familias de muchas otras puertorriqueñas y puertorriqueños- vivía sumida en la esclavitud gracias a una vergonzosa práctica económica que les negaba su derecho a la libertad, a la vida y a la equidad. Los que se beneficiaban de la esclavitud alegaban que hacían un favor a las personas negras pues les proveían alimentos y techo. Hoy, estoy yo aquí, ante ustedes, dándoles la bienvenida a este encuentro y no tengo nada que agradecer a los esclavistas. Ni siquiera mi apellido.
Y ustedes se preguntarán qué tiene que ver esto que les cuento con este Encuentro por el Desarrollo Económico Comunitario. Pues mucho. En cuatro generaciones- lo que implica un simple pestañeo de la historia pero muchos eventos vividos en una familia- muchas familias de nuestro país pasaron por lo mismo que la mía. Pasaron por cosas como las que pasó una de mis abuelas: Criar nueve hijos e hijas, viuda y sin ningún tipo de apoyo económico. Vivió las consecuencias de no tener acceso a servicios legales, servicios de salud, educativos- sólo pudo estudiar hasta sexto grado a pesar de ser una mujer inteligente que le garantizaran una vida digna. Ella y sus hijos pasaron hambre. Lo triste de esto es que todavía hoy en día muchas otras mujeres, hombres y niños pasan hambre y privación en nuestra Isla.
No puedo decir que el sacrificio de mi familia fue lo único que logró darme la oportunidad de estar ante ustedes hoy. Si el mero sacrificio personal fuera capaz de levantar a las familias de la pobreza, en nuestro país no habría gente pobre. Si yo aceptara que ese sacrificio de la propia gente pobre y excluida es la única solución a la pobreza, estaría culpando de su estado a nuestras comunidades excluidas. Estoy segura, de que muchas mujeres de la generación de mi abuela se sacrificaron igual y sin embargo sus hijas y nietas no están aquí. Están en cárceles, en comunidades excluidas, tal vez enfermas o siendo víctimas de la violencia.
Y ahora les voy a explicar cómo todo esto se relaciona con este Encuentro. Estando plenamente consciente de que la pobreza es hija de la desigualdad les digo que para eliminar las barreras y exclusiones que generan pobreza en Puerto Rico y en el resto del planeta, todo grupo social debe asumir responsabilidad. De eso trata este Encuentro. Toda persona, debe comprometerse a actuar y a deconstruir las premisas de discrimen que muchas veces le impiden apoyar efectivamente los esfuerzos de nuestras comunidades excluidas. No se trata de hacer un favor o dar las migajas que se caen de la mesa a la gente pobre y excluida. Eso se lo dejamos a los esclavistas del siglo XIX.
Quien hoy en día se atreva a decirnos que está trabajando en contra de la pobreza, tiene que demostrarlo con hechos significativos. Aún cuando la pobreza se deriva de la desigualdad, no deja de ser un asunto económico que necesita soluciones económicas. Quien hoy aquí se sienta invitado a trabajar por la equidad social y económica, debe plantearse cuánto está dispuesto a invertir en las comunidades. Y de eso precisamente también se trata este Encuentro.
La riqueza de este Encuentro por el Desarrollo Económico Comunitario estriba en la capacidad que tiene de convertirse en un espacio de convergencia para quienes aman a nuestro país, quienes tienen el empuje y la energía para trabajar por él, quienes tienen el conocimiento y la voluntad, quienes tienen el poder y no temen compartirlo y quienes tienen los recursos económicos y están dispuestos a invertirlos.
Hoy, recursos voluntarios de nuestras organizaciones y entidades estarán ofreciendo talleres de capacitación para que nos podamos llevar herramientas de trabajo a nuestras comunidades y multipliquemos las iniciativas de microempresarismo comunitario. A la misma vez, el Comité de Reinversión Comunitaria de la Asociación de Bancos invirtió energía y recursos para organizar este Encuentro. Los tiempos que vivimos nos obligan a mirar nuestro entorno con otros ojos y a reconocer en cada grupo de los que componen nuestra Alianza Multisectorial un aliado importante.
¿Queremos justicia económica? Sí. ¿Queremos equidad? Sí. Queremos un país de todas y todos y les exhorto que hoy aprovechemos al máximo este espacio común y nos reafirmemos en nuestro compromiso con las acciones necesarias para que esto se logre. ¡Buenos días!
